Hoy recupero un post sobre un artículo que se publicó el año pasado en el periódico La Razón. Este artículo hablaba sobre los resultados del Liceo Europeo de Madrid en los exámenes del informe PISA, indicando que sus resultados son muchísimo más altos que la media de los centros españoles.
Desde el centro indican que esto se debe al cambio metodológico experimentado por la introducción de las herramientas tecnológicas en el proceso enseñanza-aprendizaje. Como por ejemplo:
Imaginemos que hoy toca estudiar el universo. «¿Qué sabéis del universo?», preguntaría un profesor del Liceo Europeo a sus alumnos. Después plantearía varias preguntas de investigación a sus alumnos sobre el tema. Y a partir de ese momento ellos se convierten en protagonistas de su propia formación por que son los que tienen que obtener las conclusiones que luego tienen que exponer en clase. El trabajo en equipo es fundamental. Y la tecnología se ha convertido en una herramienta básica. «Es parte de su vida y todas las prácticas integran la tecnología», añade Juan Sanz, director técnico de Bachillerato.
Lo que más me ha llamado la atención del artículo, aparte de que parece una campaña de promoción encubierta, es el enfoque que se le ha dado. Es cierto que el centro ha sido galardonado por sus buenas prácticas, pero esto no se debe solo a la introducción de las tecnologías en el aula. Apenas se menciona la cantidad de horas que habrán invertido en formación el equipo docente, porque como se indica en el artículo "cuando llegas, cambiar el chip sobre el método de enseñanza tradicional, cuesta. Y mucho". Por no decir que ni se menciona al equipo psicopedagógico que estará sin duda ayudando a que esta metodología tenga éxito, precisamente reflexionando sobre esto último creo que la labor de un psicopedagogo en este ámbito sería:
- Orientación escolar y profesional del alumnado
- Orientación laboral para el profesorado: ayudándole a definir su propio itinerario formativo para poder desarrollar su función docente de acuerdo a esta metodología
- Orientación a las familias: Para que el trabajo en el centro tenga su reflejo en el entorno familiar.
En definitiva, pienso que las tecnologías pueden ser valiosas y útiles herramientas para el aprendizaje, pero no lo es menos contar con maestro/a o profesor/a que comprenda y sepa poner en marcha su función mediadora entre el conocimiento, las herramientas y el alumno/a. De tal forma que su labor sirva para motivar y fomentar en el alumnado el gusto por investigar y aprender. Introducir las tecnologías en un aula sin esto no sirve de nada, por su naturaleza un niño tiende a jugar, es el adulto el que debe guiarle para darle un uso educativo a estas herramientas.
¿Vosotros/as qué pensáis?
El artículo puede leerse aquí.